No son pocas las voces que claman por un sistema eléctrico dependiente exclusivamente de energías renovables o gratuitas: ¡Renovables YA!
Creo que sería imposible encontrar una sola persona en el mundo que pudiera estar en contra del concepto de generación de energía con fuentes no contaminantes, infinitas y gratuitas, por lo tanto, todos queremos -puestos a elegir- que nuestro paso por la Tierra deje la menor huella posible.
En Canarias esta cuestión se hace aún más sensible y crítica puesto que tenemos un frágil sistema extrapeninsular, compuesto por 6 sistemas eléctricos aislados.
Se debate ahora en Canarias acerca de la idoneidad de implantar canalizaciones de «gas ciudad» en los principales municipios. A la opinión pública se le da a escoger ¿quiere usted gas o renovables? (aquí ejemplos uno y dos). A cualquiera con un mínimo de inquietud la pregunta le debe resultar, cuanto menos, capciosa. Suficientemente complicado es ya el mundo energético como para simplificarlo a una cuestión disyuntiva.
Estas líneas no pretenden tratar sobre el asunto del gas, pero se nos hace irresistible aclarar, antes de pasar al siguiente asunto, dos puntos importantes sobre los que los medios generales de comunicación parecen no estar haciendo mucho énfasis.
En primer lugar, se debe tener claro que una cuestión (batalla) es la introducción de gas en Canarias mediante regasificadoras para, principalmente, suministrar un combustible más económico, abuntante y limpio que el que actualmente se emplea (que se explica aquí muy bien), y otra batalla -de la que se habla ahora- la de la introducción de redes de distribución de gas canalizado para atender la ¿demanda? de hogares y PYMES. Ni es lo mismo, ni se debe tratar en la misma discusión.
En segundo lugar, se incide poco en que la competitividad del aire propanado (equivalente al gas natural empleado en territorio continental) es tramposa, puesto que este carburante está sujeto a tarifa regulada y por lo tanto, el ahorro económico del empresario es déficit de tarifa para los contribuyentes. Bastante tenemos con que se nos pague de manera solidaria el sobrecoste de producción de electricidad vía Presupuestos Generales del Estado y factura, como para que añadamos ahora el gas. Si el gas canalizado viene para competir en mercado libre, bienvenido sea, y allá los promotores con sus inversiones y riesgo. Desde luego que existiendo monopolio de gas a granel (y hasta hace bien poco también monopolio de envases -«bombonas»-), Canarias es muy atractivo para la entrada de otras compañías que quieran parte del pastel.
Canarias 100% renovables ¡ya!
Volvamos ahora al tema central. Nos gusta siempre tratar de hacer pedagogía incidiendo en lo milagroso que resulta que se encienda la bombilla cuando le damos a un interruptor. La energía eléctrica es técnica y administrativamente muy compleja de gestionar y no existen soluciones sencillas.
Nos hemos acostumbrado a que esté siempre disponible, y falle poco. Está ahí, disponible siempre que la necesitamos.
A los que piden una isla 100% renovable ¡ya! les animo a que ellos se «insulen» en sus hogares cortando cables (expresión empleada para indicar que se desconecta un hogar de las redes de la compañía eléctrica). Si quieren 100% en una isla, les propongo que antes consigan ser 100% renovables en sus hogares. No hay impuesto al sol que se lo impida, ni burocracia. Solo un certificado de instalación de su electricista de confianza. Basta con que instales unos paneles solares fotovoltaicos, un inversor, un gestor de carga y unas baterías, todo dimensionado a razón del confort que quiera uno conservar.
Es un simple ejercicio espejo. ¿Qué excusa pueden poner?¿Que es caro?
Gorona del Viento
Ahí tenemos el ensayo a gran escala en la Isla de El Hierro. Gorona del Viento (que en estos días ya acumula 12 días consecutivos de cobertura total de la demanda herreña). Unas instalaciones para hacer una isla capaz de autoabastecerse de energía 100% renovable parte del año. Coste: 82.000.000 €. Población isleña: 10.000 hab. 8.200 €/cabeza (más informacíón aquí). A esto, hay que sumar la retribución que recibía la central, a razón de 1.000 €/MWh (en el mercado peninsular la energía tiene un coste que ronda los 45 €/MWh) hasta que el Ministro Nadal le recortó a finales de 2017 en un 60% los ingresos. Además, a pesar de semejante esfuerzo económico, la isla será dificilmente 100% renovable. Los más optimistas calculan que la cuota a cubrir será del 70% a lo largo del año.
Si la mayoría de los hogares gran canarios cortaran cables, de pronto la contribución de las renovables en el mix insular pasaría del 8% actual (o casi 20% previsto para finales de década) a un peso mucho más importante al deslastrarse la demanda doméstica.
Imagínese renovable
Eso sí, cortar cables implica una inversión de unos 15.000-25.000 € para mantener unos niveles de confort equivalentes a los que estamos acostumbrados, más el mantenimiento..y aún así, fallará alguna vez, y se nos echará a perder lo que hay en la nevera…y debemos planificar si vamos a cenar algo horneado en inverno…que hay poco sol y las baterías van justitas…
Solo planteando replicar a escala doméstica la autosuficiencia energética 100% renovable podremos plantear con prudencia y respeto una penetración más importante de estas energías en el sistema insular.
Algunos podrán decir que «en casa no puedo optar por mareomotriz, ni geotérmica, …ni eólica»…dejemos que los estudios revelen la viabilidad real de esos dos primeros recursos en Canarias, pero adelantamos que -ojalá nos equivoquemos- va a ser nula o despreciable. Al menos así lo demuestran los numerosos estudios realizados hasta el momento.
Mientras tanto, imagínese renovable y piense en qué configuración es la menos dañina para el medio ambiente en lo que en Gran Canaria llegamos al 70% de producción de energías renovables en 2040.
Totalmente de acuerdo . El movimiento se demuestra andando y todos debemos en el límite de nuestras posibilidades avanzar en el uso de energías renovables .
También hay que simplificar trámites administrativos y ahondar en el desarrollo de energías renovables a escala doméstica . ¿microeólica ?
Gracias por tu comentario, Octavio. Es cierto que los trámites administrativos podrían ser algo más sencillos, como por ejemplo, para la legalización de instalaciones para autoconsumo tipo 1. No obstante, lo que sugerimos es que los interesados contraten servicios profesionales independientes para recibir un buen asesoramiento y les resuelvan estas y otras cuestiones. No dudamos en contratar a un abogado cuando tenemos «un pleito», pero nos olvidamos de que una ingeniería puede ahorrarnos mucho dinero y tiempo como consultoría energética. En Arlangton solemos asesorar a un coste despreciable a quienes pretenden fomentar con su dinero el ahorro y la eficiencia energética.
Saludos.